Una discusión del conductor al volante reduce su atención en un 26%, lo que equivale a conducir con más de 0,5 gramos de alcohol en sangre, según un estudio elaborado por Previnsis que trata de demostrar que detrás de cada accidente puede haber un “componente emocional incontrolado”.
El estudio ‘Zen Driving’, de Prevensis, arroja que las emociones pueden provocar situaciones similares a cuando conducimos con alcohol o drogas en el organismo. “Conducimos drogados por nuestras emociones”, explica el responsable de la empresa durante la presentación de los datos en Madrid.
En el 72% de los casos, añade el estudio, los conductores conducen bajo situaciones de control emocional bajo y el 17% sin ningún control emocional. El estudio revela además que sólo 97 de cada cien conductores mantiene durante su recorrido una situación emocional incorrecta y poco equilibrada. Todas estas circunstancias se convierten “en un peligro para sí mismo y para el resto de conductores”.
Dentro de estas mediciones se ha profundizado en las principales distracciones al volante. Entre los factores que más afectan a esa alteración se encuentra una conversación intensa por el móvil, que incrementa el riesgo de sufrir un accidente en un 41%, un altercado con otro conductor, con un 37% o una conversación tensa con su acompañante (26%). Además, concreta que los conductores alterados multiplican por 2,5 el número de multas de tráfico que reciben.
Ante este panorama, la empresa encargada del estudio plantea una serie de pautas y técnicas que ayudan a la gente a una conducción más tranquila y segura. La mayor parte de las técnicas son de comportamiento y de estilo de conducción sencillas y de aplicación simple como, por ejemplo, dar una vuelta alrededor del coche antes de conducir, crear una frase que proyecte tu motivación o aprovechar las inercias de nuestro automóvil.