Llevamos meses hablando de la situación de desaparición que vive el eurotaxi y, lamentablemente, tenemos que seguir insistiendo porque la realidad es cada día más grave. Flotas que se reducen a la mitad en las grandes ciudades, taxistas que no ven rentabilidad en el servicio ni tampoco ganas de ayudar por parte de las administraciones y, lo que es más grave, miles de personas que necesitan el eurotaxi en su día a día sin poder acceder a él.