Federico Rico, taxista de Avignon, capital de la Provenza francesa, quiso acompañar a sus compañeros españoles en la manifestación que tuvo lugar ayer en Madrid contra la desregulación pretendida por la CNMC.
Tras un viaje de más de mil kilómetros que inició el miércoles a las 16:30 horas, llegó a la capital de España el mismo día de la protesta a las 8:00 de la mañana. Sin embargo, el cansancio no se apoderó de él puesto que los problemas a los que se enfrenta el taxi “son mucho más importantes”. “El problema del intrusismo es un problema de carácter mundial”, nos aseguraba Federico Rico, quien no paró de recibir agradecimientos de parte de los taxistas españoles presentes en la protesta.
El taxista francés, tras estar en continuo contacto con las Asociaciones Élites de España y también de otras ciudades Europeas, decidió viajar hasta Madrid y, de este modo, devolver el gesto que tuvieron cientos de taxistas españoles hace ahora tres semanas en las protestas de París. Los taxistas de nuestro país, por su parte, brindaron, en la Plaza de Cibeles, un homenaje a su compañero francés con una fuerte ovación e incluso algunos aportaron simbólicas cantidades de dinero para sufragar una parte del viaje.
“Estas aplicaciones pretenden entrar en los países por medio de las nuevas tecnologías y nos hacen creer que dan trabajo a la gente, cuando en realidad, no es así”, aseguró Rico, el cual mantiene que lo que realizan estas aplicaciones es “mover” el mercado, no crearlo.
Además de no dar trabajo, el profesional provenzano nos explicó que en Francia, él paga hasta un 50% de lo recaudado en impuestos sociales, cosa que no ocurre con estas nuevas aplicaciones de las que, asegura, “no pagan impuestos”.
Aprovechando su presencia y en relación directa con este tipo de aplicaciones, también quisimos preguntarle sobre la situación de Uber, tras el juicio que se inició la semana pasada en París. Según el taxista francés, tanto el directivo de la empresa americana en Francia como el directivo de Europa Occidental, han sido multados con 50.000 y 70.000 euros respectivamente. Además, ambos ejecutivos de Uber han sido penados con la inhabilitación del ejercicio de dirección de empresas por un periodo de cinco años.
En cuanto a la responsabilidad que pueda tener la empresa, la cual, por el momento, tiene prohibida su aplicación que simula el servicio de taxis, ha sido multada con un millón de euros por la justicia francesa. Los sindicatos del país galo habían pedido, en forma de indemnización por lucro cesante, 103 millones de euros.