La Junta Directiva de la Asociación Gremial del Taxi de Madrid (AGATM) ha denunciado en nota de prensa el comportamiento adoptado por el ex vicepresidente Ángel Julio Mejía al que acusan de bloquear el normal funcionamiento de la entidad llegando a “coaccionar” a los trabajadores.
Según el comunicado ofrecido por la actual directiva, Mejía mantendría un bloqueo bancario sobre la asociación impidiendo que se abonen las nóminas de los empleados por el trabajo que realizan en la organización.
Por otro lado, la junta presidida por Alberto de la Fuente Miñambres ha querido desmentir en esa misma nota que estén “ocultando información a los socios sobre la venta de las dos plantas del inmueble” sede de la asociación, recalcando que es un asunto heredado como consecuencia de “la pésima gestión de, entre otros, el señor Mejía”.
La Junta que resultó vencedora en las elecciones del pasado 24 de noviembre de 2019 recuerda que se convocó una Comisión de Venta de manera oficial exponiendo hasta el último detalle de dicha venta “realizada por la anterior Junta Directiva”. Dicho órgano fue creado, según recuerdan, en una asamblea celebrada en octubre de 2018, quedando obligado a transmitir la información al resto de socios. En cualquier caso, manifiesta la actual junta que queda a disposición de cualquier socio que solicite información sobre la venta.
La nota de prensa continúa asegurando que se está manteniendo por parte de los actuales directivos una línea de austeridad “que si en años pasados hubiera sido similar no estaríamos en esta situación” y “no se debería dinero a los socios de Radio Taxi Gremial ni hubiera sido necesaria la venta parcial del edificio”.
Por último, y en relación a las acusaciones vertidas por Mejía y otros compañeros de candidatura afines a él con respecto a los gastos de la tarjeta de crédito de representación, la actual directiva recuerda que dichos gastos fueron aprobados por los miembros de la Junta anterior liderada por Miguel Ángel Leal. En relación a esto, los actuales directivos se muestran sorprendidos por la preocupación de Mejía en este asunto cuando, durante los tres años anteriores en los que trabajó de la mano de Leal, “no hubo objeción alguna” por su parte