El Ayuntamiento de Barcelona se muestra categórico en su lucha contra el intrusismo en el taxi. Así lo explica la nueva regidora de movilidad, Mercedes Vidal Lago que, además, es presidenta del Institut Metropolità del Taxi. Para hablar de intrusismo, pero también de ecología y eurotaxi, el IMET ya ha mantenido varios encuentros con el sector.
Gaceta del Taxi.- Desde el Institut siempre se ha mantenido una relación fluida con el sector. Sabemos que ya ha mantenido una primera reunión con algunas organizaciones del taxi. ¿Qué mensaje les ha transmitido como nueva presidenta de este organismo?
Mercedes Vidal Lago.- En primer lugar, la importancia capital en la movilidad de un sector como es el del taxi para la ciudad de Barcelona y su área metropolitana. Por otro lado, la voluntad de mantener una relación fluida y constante con los representantes del sector y, finalmente, les transmití la necesidad de consensuar escenarios de futuro que permitan una modernización del sector del taxi con el propósito final de una mejora continua en el servicio a la ciudadanía, compatible al mismo tiempo con la regulación y la ordenación del sector en el futuro.
G.T.- Entre los temas planteados por las asociaciones, el intrusismo es uno de los que más les preocupa. ¿Con qué medios cuenta el IMET para ayudar a la erradicación de este problema?
M.V.L.- Desde hace algunos meses está constituida una mesa de trabajo en la que participan el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, el IMET, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona, así como la Plataforma contra el intrusismo creada por todas las organizaciones de autónomos y empresarios del sector. En este marco se está trabajando de forma periódica para dar una respuesta categórica y unánime al tema del intrusismo y evaluar todas aquellas medidas que se van adoptando. La ley que permite la inmovilización de aquellos vehículos que transportan personas de forma ilegal es el instrumento que nos está permitiendo actuar con contundencia contra esta práctica.
G.T.- A pesar de concienciación del sector por el medio ambiente, según datos del IMET, el 71% de la flota sigue siendo diésel, frente a un 29% de alternativas menos contaminantes. ¿Cómo estimularía la adquisición de vehículos más “eco”? ¿Cree que son necesarias subvenciones para conseguir reducir casi al mínimo las emisiones?
M.V.L.- Así es, los taxistas del área metropolitana de Barcelona son unos profesionales proactivos en la compra de vehículos respetuosos con el medio ambiente. El porcentaje del 29% no es suficiente, pero es considerable si tenemos en cuenta que han sido los taxistas los que, con sus propios recursos, apostaron por este tipo de vehículos. Creo que el estímulo existe y es fruto también de las campañas que se han venido impulsando desde ésta y otras administraciones. De los 1.333 vehículos nuevos que se aplicaron a licencia en el 2014, el 29% es con energías y tecnologías eficientes. Desde el IMET trabajaremos para conseguir toda la colaboración posible para seguir incentivando el taxi de bajas emisiones en el marco de las políticas de impulso a este tipo de vehículos promovidas por el Área Metropolitana de Barcelona, el Institut Català d’Energia (ICAEN) o desde cualquier ámbito estatal o europeo.
G.T.- Además de un sector eco, Barcelona apuesta por un sector 100% accesible. ¿Se plantean nuevas ayudas para incrementar la flota de cara a 2017?
M.V.L.- En estos momentos hay 76 taxis adaptados, con 119 profesionales a su servicio. Y, hay que decirlo, cumplen una extraordinaria función, a veces desconocida y poco valorada. Hasta el 2012, los taxistas que optaban por un taxi adaptado recibían una subvención de la Fundación ONCE y del IMSERSO para permitir la accesibilidad a las sillas de ruedas. En un momento en que la alta tecnología interviene en la fabricación de los vehículos, creemos que hoy deben ser los fabricantes quienes deben poner interés en este tema y presentar para la autorización modelos adaptados desde fábrica, que no necesiten una transformación previa, evitando así que el taxista se vea obligado a un desembolso económico adicional cuando quiera adquirir un vehículo que le permita explotar su licencia con este tipo de transporte.