El 4% de los conductores españoles muestran síntomas de amaxofobia o miedo irracional a conducir. ¿Eres tú uno de ellos? Si tienes sudores, rigidez, un fuerte dolor de estómago e incluso pesadillas antes de conducir, la respuesta es afirmativa. Tiene solución con ayuda de psicólogos especialistas y terapia de exposición progresiva.
Hay personas que cuando se ponen al volante están en tensión, se sienten físicamente mal, y de hecho cuando dejan el coche aparcado sienten un gran alivio. La ansiedad puede llegar a que los conductores se sientan preocupados antes de tener que coger el coche sólo con pensar que tienen que realizar un desplazamiento conduciendo ellos mismos. Y llega el momento en que se elude conducir o directamente uno se siente totalmente incapaz de estar a los mandos de un vehículo.
En nuestro país, más de la mitad de los conductores españoles sufren algún tipo de ansiedad cuando se ponen al volante, según datos del estudio Attitude de 2010. De ese elevado porcentaje, un 4% padece amaxofobia.
Del latín “amaxo” que significa carro y “fobia” que es miedo, la amaxofobia es el miedo irracional a conducir. Una fobia situacional, que trabaja a nivel emotivo y que se refiere exclusivamente al coche, explica la psicóloga Encarni Ayoso, especializada en tratar este tipo de sintomatología. El principal problema es que se da en personas que llevan varios años conduciendo, entre 10 y 15 años, lo que provoca un retraso en su paso por el especialista.
Un error para Ayoso, que cree fundamental ir “lo antes posible” al psicólogo. “Dejarlo pasar puede llevar a los afectados a no volver conducir y, en casos muy extremos, incluso a no ser capaz de montar en un vehículo”, sostiene. Sin embargo, con un buen diagnóstico y con ayuda especializada basada en la exposición progresiva, la amaxofobia puede solucionarse y los afectados podrán volver a hacer vida normal sin miedos y sin excusas. “Es la única manera”, afirma la psicóloga, para quien la hipnosis, acupuntura o terapia continuada “no sirve si no se ha subido al coche y se ha trabajado en el lugar de la fobia”.
En contra de lo que se puede presuponer, esta fobia no tiene por qué estar relacionada directamente con un accidente de tráfico. Tal y como explica Ayoso, este tipo de situaciones se generan tras sufrir un ataque de ansiedad durante la conducción motivado por un periodo de estrés.
“De esta manera, una persona que está muy estresada va conduciendo y un día le da una crisis de ansiedad que no está relacionada con la conducción, pero que, al producirse mientras conduce, automáticamente se asocia a esta acción. Esa es la principal característica de una fobia”, señala.
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