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12/06/2015 06:07:14 - Gaceta del Taxi

“Cada mañana subo al taxi buscando nuevas historias”


Mes de junio en el madrileño parque de El Retiro. La Feria del  Libro celebra su 74ª edición y paseamos entre sus casetas con Daniel Díaz, taxista y escritor, o viceversa, para hablar de su nuevo libro, “Lo que sé de la lluvia. Crónicas de un taxista desorientado”.

 

Un recopilatorio de sus 100 mejores relatos, o por lo menos los más celebradospor los lectores de su blog, Nilibreniocupado, que cerró el pasado mes de diciembre tras ocho años de dedicación diaria. Agotado pero contento por la experiencia, ahora trabaja, sin prisa ni plazos, en una novela.

 

 

Gaceta del Taxi.-“Lo que sé de la lluvia. Crónicas de un taxista desorientado” es su segundo libro que recopila 100 de sus textos. ¿Son los mejores?

 

Daniel Díaz.-Son los más celebrados por los lectores. He estado estos últimos 8 años escribiendo a diario en 20minutos, acabé bastante agotado y pensé que sería una buena despedida recopilar los relatos que más han gustado y darles una vuelta. No son los relatos tal y cual, sino que los he ampliado, mejorado, lavado la cara. Además, los he ordenado cronológicamente para que al leer de seguido se vea una evolución o involución, según valore cada uno. También he querido rescatar algunos de los relatos, más sonoros, que leo cada jueves en el programa Hablar por Hablar.

 

G.T.-Seguramente todo el mundo se lo pregunta pero, ¿cuánto hay de verdad y de ficción en sus textos?

 

D.D.-A mí me gusta dejarlo al criterio del lector. Tengo un punto de partida muy positivo y es que se sabe que tengo un taxi, que es verdad esa parte y a partir de ahí que sea él quien decida qué es verdad y qué es ficción.

 

G.T.-¿Algún relato favorito entre todos los que publica?

 

D.D.-Muchos. Me encontraba en una etapa de mi vida muy convulsa en lo sentimental y parecía que todo giraba en torno a encontrar el amor de mi vida en el taxi. Ha sido la época más inspiradora de mi vida como escritor porque no buscaba anécdotas, sino enamorarme y estaba más despierto que nunca. Me enamoré muchas veces en el taxi, aunque al final me casé con una lectora, que eso sí ya es metaliteratura. Al final las cosas surgen donde menos te lo esperas.

 

G.T.-El taxi, además de herramienta de trabajo, es su medio para conseguir historias. ¿Qué sería si no fuera taxista?

 

D.D.-Cualquier cosa. Siempre he pensado que toda profesión tiene su puntito literario, y periodista ya ni te cuento. Si fuera cajero de un supermercado buscaría el perfil sociológico de los clientes a partir de los productos que compran. Siempre hay una excusa para ir más allá, me parece mucho más divertido tomarte tu profesión o parte de ella como un medio para alcanzar un fin distinto. Yo cada mañana subo al taxi buscando nuevas historias, me parece mucho más divertido que salir a buscar trabajo. Me entristece cuando te juntas con grupos de taxistas que hablan más de las carreras que de lo que les sucede durante las mismas, porque creo que se pierden la parte más bonita de esta profesión que es el contacto íntimo.

 

G.T.-Y si no fuera escritor…

 

D.D.- Siempre hay una pulsión por buscar la parte artística de uno mismo, y si no fuera escritor pintaría o cantaría, que lo hago fatal. O cualquier cosa que ensanchara el alma, como se dice. Es algo inherente al ser humano, cuya insatisfacción está en ir más allá de lo que ves y ahí entra la imaginación y el sentido artístico. Y el simple hecho de buscar arte es otra forma de buscar belleza y yo busco belleza.

 

La adicción de buscar historias

 

G.T.-¿Tiene más seguidores entre los taxistas o entre sus usuarios?

 

D.D.-Alguno hay en el taxi, pero tengo muchísimos más entre los usuarios. Hubo una temporada en la que salí en televisión y eso llevó a que mucha gente me reconociera, algo que no me gustaba demasiado. Una de las cosas buenas para buscar historias en un taxi es el anonimato total, que surjan las anécdotas sin forzarlas y para ello lo mejor es que nadie te conozca. 







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