“La desaparición del taxi es la desaparición de un bien social”

Hablar del taxi rural es hablar de un servicio con una clara orientación social. Sin embargo, la entrada de transportes alternativos, como los vehículos de alquiler con conductor, está provocando la desaparición de estos taxis en regiones como Cantabria. Con el objetivo de frenar esta sangría, la Federación Cántabra del Taxi y su presidente, Manu Andoni Ruiz, trabajan en la creación de un servicio de taxis a demanda. También apuestas por áreas de prestación conjunta que ayuden al sector y a sus profesionales a seguir viviendo de su trabajo.

 

Con unos 529 taxis, según los últimos datos, Cantabria cuenta con 231 licencias de taxi adscritas a diferentes municipios de la región, en muchos casos, núcleos rurales pequeños en los que únicamente hay un taxi. Un servicio que, tal y como explica en esta entrevista  Ruiz,  se está comenzando a perder. La falta de acceso a las rutas escolares frente a otras tipos de transporte, la ausencia de acuerdos para el transporte sanitario no urgente y la irrupción de los vehículos de alquiler con conductor en ciertos concursos, han provocado una caída en los ingresos de los taxistas cántabros. 

 

“En poblaciones envejecidas, los taxistas no pueden sobrevivir con cuatro carreras al mes. Necesitamos una alternativa que suponga ingresos habituales para que los taxistas sigan formando parte de transporte público de estos municipios”, señala Ruiz. Para él es importante hacer ver la repercusión que tanto las nuevas tecnologías como las nuevas autorizaciones de VTC están teniendo también en las áreas rurales. “No todo el taxi se ve afectado por grandes plataformas, pero su impacto es también importante”, asegura. Por ello trabajan en la creación de servicios de taxi a demanda que ayuden a los profesionales a mantener su forma de vida y en diferentes áreas de prestación conjunta que faciliten la movilidad entre municipios, buscando no dejar nunca desatendidos a sus usuarios. 

 

 

Gaceta del Taxi.- Cuando hablamos de la gran crisis del sector tendemos a olvidar a los pequeños municipios. Aquellos en los que, aunque no haya plataformas que compitan de forma desleal contra los taxistas, también han visto mermado su mercado con la irrupción de VTCs. ¿Qué situación se da en Cantabria? 

 

Manu Andoni Ruiz.- Parece que solo existe el taxi de Madrid y Barcelona y que las únicas VTCs que hacen daño son las que trabajan para las plataformas, pero aquí también hacen daño. Y aunque sobre el papel se supone que tenemos el mayor número de VTCs concedidas con respecto al taxi, 175, es cierto que no todas trabajan aquí. No obstante, esta desproporción entre taxis y VTCs sí nos afecta, tanto a nivel urbano como rural, por ejemplo, en las rutas de transporte escolar, donde se las han arrebatado a taxistas de zonas rurales que se han visto además obligados a dejar la profesión porque vivían casi en exclusiva de este tipo de servicios. Y cuando hablamos de esto no estamos hablando solo de la desaparición de un transporte público, hablamos también de la desaparición de un bien social. El taxi no es solo un medio de transporte, a veces es la única persona a la que se puede recurrir en ciertos momentos. Pero en las zonas urbanas también. Por ejemplo en Santander, en los últimos meses, se han hecho con el transporte de trabajadores de TVE y de Renfe, arrebatando un montante económico bastante importante al sector. Es decir, no tenemos el problema de las plataformas, pero sí que su presencia masiva nos afecta de otras maneras igual de importantes.

 

G.T.- ¿Qué medidas, a nivel autonómico o local, se están llevando a cabo para controlar estas autorizaciones? 

 

MA.R.- Está a punto de aprobarse la identificación de los vehículos de alquiler con conductor. Según tengo entendido tras la exposición pública, ahora se encuentra en el periodo de aprobación por parte del Consejo de Estado, paso que no sé si otras comunidades se vieron obligadas a realizar ese trámite pero que nosotros sí. Una vez sea aprobado, las VTCs llevarán un distintivo adhesivo con la matrícula del vehículo y el mes del visado.

 

A nivel local, el Ayuntamiento de Santander y la Consejería de Transportes firmaron un convenio de colaboración hace 3 años para delegar en la policía local la materia de transporte.

 

G.T.- Una de las medidas que han propuesto para tratar de revertir esta situación, es la creación del servicio de taxi a demanda. ¿En qué consiste esta propuesta? 

 

MA.R.- Cuando se habla de taxi a demanda nos referimos a la implantación de un tipo de servicio, por ejemplo socio-sanitario, que tenga un precio diferente al de la tarifa. En el caso de las zonas zonas rurales, donde la población está muy envejecida, con muy baja densidad de población y sin líneas regulares, el taxi es el único medio transporte que queda. Pero claro, un taxi en una zona rural, por ejemplo en alta montaña, no puede sobrevivir de la demanda que tenga. Tiene que tener algún servicio fijo, transporte escolar o transporte socio-sanitario, que incluso en muchos lugares son los propios ayuntamientos los que contratan. Es decir, los ayuntamientos contratan desde las propias pedanías llevar a los ciudadanos, aunque solo sea una vez a la semana, a un centro de salud en la cabecera de la comarca. No tiene por qué ser un servicio regular, ni sometido a unos horarios. 

 

Nuestra idea es que a través del Gobierno de Cantabria o se creen subvenciones para que el usuario pague solo una ínfima parte del total de la carrera. Hemos presentado una propuesta para que se destine una partida de los presupuestos a esa finalidad y, aunque hay buena voluntad por parte de todos los partidos políticos, lo cierto es que no hemos visto esta partida presupuestaria reflejada en ningún sitio. 

 

 

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