Las protestas del sector del taxi del pasado mes de enero tuvieron mayor trascendencia de lo que se pudiera pensar. Para Rafael Mayoral, secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Podemos, la sociedad está en deuda con el colectivo del taxi por “el enorme esfuerzo” que realizaron en defensa de los servicios públicos.
Contrario a la liberalización del transporte y al hecho de que una multinacional sea “el interruptor” que organice la movilidad en las ciudades, Mayoral apuesta de cara a las próximas elecciones generales por un taxi regulado como garantía de servicio público y por una VTC diferenciada, conforme a la ley, y que no realice competencia desleal.
Gaceta del Taxi.- ¿Qué sensación le dejó la huelga del taxi que se llevó a cabo en Barcelona y Madrid? ¿Creé que en el caso de Madrid fue un fracaso como se publicó en medios de comunicación o cree que puede servir de algo en un futuro cercano?
Rafael Mayoral.- Con la huelga se puso encima de la mesa la necesidad de hablar en nuestro país de los servicios públicos y de la agresión que existe sobre ellos por parte de las transnacionales y por una desregulación inadmisible en un estado democrático. La propia Directiva Bolkestein, que supuestamente era una directiva de liberalización excluía explícitamente servicios esenciales para la comunidad como el transporte urbano de viajeros, el taxi y las ambulancias. No podemos permitir que el interruptor del transporte urbano de viajeros esté en un paraíso fiscal. La sociedad española tiene una deuda con el sector del taxi por haber puesto encima de la mesa la necesidad de proteger a los servicios públicos.
G.T.- ¿Cuál creé entonces que fue el éxito del taxi?
R.F.-Durante la huelga ha habido una victoria concreta que se consiguió en Barcelona con el acuerdo y la posibilidad de que haya una precontratación de una hora para las VTC. Al mismo tiempo, la huelga de Madrid abrió la puerta a otras victorias concretas que se dieron en otros lugares del Estado como en Euskadi y otras administraciones que empiezan a plantearse la regulación. Solo la cerrazón, la irracionalidad y la complicidad con un modelo económico que va en contra de las mayorías sociales, ha podido parar momentáneamente la regulación de Madrid. Pero se tendrá que hacer más tarde o más temprano porque o hay una regulación o será la ley de la selva. Creo que existe madurez política y social suficiente para que finalmente se imponga la razón.
G.T.- En la sociedad puede que sí, pero lo que ha transmitido una y otra vez el gobierno regional del Partido Popular en Madrid es una apuesta más por esa “ley de la selva” en el término de la desregularización…
R.M.- Han hablado claramente del desmantelamiento de los servicios públicos y el taxi es uno de ellos. Por primera vez le han dicho al sector lo que pensaban. Realmente, cuando se aplica el decreto de Iñigo de la Serna en 2018 y se plantea elevar a rango de ley el 1/30 hubo un doble mensaje. Por un lado se lanzó un mensaje al taxi de que han puesto el 1/30, y por otro, un mensaje a Uber y Cabify de que no se iba a cumplir porque no había medidas efectivas para el cumplimiento. En el momento en el que se han puesto esas medidas efectivas para el cumplimiento, al PP se le ha caído la careta y tiene muy claro cuál es su modelo. Un modelo de defensa de los monopolios, de elusión fiscal, de bajarles los impuestos a los ricos y de subir los impuestos indirectos a la gente trabajadora. Es su modelo, y lo comparten con Ciudadanos y VOX.
G.T.- Se habla de un ataque a los servicios públicos pero, ¿no piensa también que se ha dejado de lado a los trabajadores autónomos?
R.M.- Es cierto que cada vez que ha habido que tomar medidas en serio en defensa de los autónomos, como limitar la responsabilidad frente a las entidades financieras, nosotros nos hemos quedado solos. Cuando hemos planteado que las leyes de consumo se tienen que aplicar a los autónomos y a las PYMES para que se puedan defender frente a las multinacionales y que haya medidas protectoras, ni están ni se les espera. Los que hablan de liberalismo están apostando claramente por las transnacionales y por los monopolios y las estrategias de elusión fiscal. Por eso creo que la batalla que está desarrollando el taxi no es una batalla solo del sector del taxi, sino que es una batalla en la que se juega muchas cosas el resto de la sociedad.
G.T.- ¿Creé de verdad que este conflicto, tal y como señalaron los taxistas en la huelga, es una historia de puertas giratorias?
R.M.- Creo que sí y que hay muchas cosas que desgraciadamente hoy no sabemos pero que tarde o temprano llegaremos a saber. Hay un problema en nuestro país y es la capacidad de control del poder económico sobre el poder político. De todo esto lo que me parece más vergonzoso para nuestro estado es el papel que ha jugado la CNMC, que lejos de convertirse en un organismo de lucha contra los monopolios, se ha convertido en el principal defensor de los monopolios y enemigo de los servicios públicos. Es una cosa vergonzosa.
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