“Queremos que los taxistas voten a los miembros de la Mesa”

“El taxi en Santa Cruz es una ruina”. Con esas contundentes palabras define Miguel Ojeda la situación del sector en la capital tinerfeña. La falta de trabajo ha terminado por hartar a una parte importante de los profesionales, quienes han decidido dar un paso al frente e intentar cambiar el orden establecido hasta ahora.

 

Para esa parte del sector, la forma en que estaban representados en la Mesa del Taxi no era la más oportuna. Hasta ahora, eran los dirigentes de las asociaciones los que tenían derecho a entrar en la Mesa, siempre y cuando esa asociación contase, al menos, con el 10% de los votos de los profesionales. Sin embargo, el protagonista de nuestra entrevista, Miguel Ojeda, Coordinador del Puerto de Santa Cruz y presidente de la recién constituida asociación Élite Taxi Tenerife, defiende que sean los propios titulares de licencia los que elijan a los titulares que quieren que les representen. Él y su asociación demandan que por cada licencia se contabilice un voto, es decir, que se haga una elección directa.

 

Gaceta del Taxi.- ¿Con qué se encontró al iniciar su representación en el núcleo urbano de Santa Cruz?

 

Miguel Ojeda.- Una vez que decido lanzarme a la representatividad en la ciudad, empiezo a mantener una serie de reuniones. Y ahí es cuando me doy cuenta que en la denominada Mesa del Taxi se sientan una serie de presidentes de emisoras de radiotaxi y asociaciones que no han sido elegidos para sentarse en dicha Mesa. Son personas que han sido votadas para que sea presidentes de sus respectivas asociaciones o radiotaxi, no para representar al sector en ese ente.

 

 

G.T.- Entonces decide intentar cambiar lo que se llevaba haciendo desde hace tiempo en la Mesa…

 

M.O.-  Exacto. A comienzos de año decidimos hacer una recogida de firmas a la que se hizo caso omiso. Posteriormente, para darle nombre a la fuerza que se estaba gestando, convoqué una asamblea el 30 de marzo. Quería medir un poco el número de taxistas que querían estar conmigo o no. La convoqué en un día complicado, un día entresemana, laboral, y de 10 a 12 de la mañana, con la dificultad que implica ese horario para el taxista. A pesar de todos esos condicionantes, a la asamblea acudieron 633 personas de 898 posibles. En ese momento me di cuenta que, efectivamente, tenía que tirar para adelante.

 

G.T.- ¿Cuál fue el siguiente paso una vez comprobó que contaba con un respaldo importante en el sector?

 

M.O.- Posteriormente a eso, presentamos un escrito al Ayuntamiento y, viendo que no prestó atención a la recogida de firmas y tampoco a lo acordado y negociado en la asamblea, entonces se tomó la decisión de hacer una manifestación el 21 de abril a la que acudieron 750 taxistas. Se trató de una protesta a pie que la culminamos en las instalaciones de la oficina del concejal de Movilidad, Dámaso Arteaga. Después de hora y media de negociaciones, llegamos a la solución de que lo que solicitábamos era posible: una licencia, un voto. Tan solo pedimos que los taxistas puedan votar a los representantes que se sienten en la mesa. Sean quienes sean. Queremos que se presente todo aquel que pueda y quiera, y que gane el que el sector decida.

 

G.T.- ¿Qué paso, por tanto, para que después de esa manifestación se volviera a convocar otra para el 23 de junio?

 

M.O.- Después de pasar 45 días desde aquella negociación con el Consistorio, y una vez que se habían comprometido a adoptar una solución en ese plazo, sentimos que nos seguían toreando y convocamos una nueva manifestación, pero esta vez se iba a hacer en coche, con el caos que eso podría suponer porque además, estaban invitados taxistas de otros municipios y se esperaba la presencia de 1.100 coches.  

 

G.T.- Sin embargo la protesta no se llega a culminar, ¿consiguieron lo que demandaban?

 

M.O.-  El día previo a la manifestación fuimos invitados por el Ayuntamiento. Incluso nosotros previamente, en aras de solucionar y evitar la protesta programada para el día 23, presentamos un escrito al Consistorio en el que les invitábamos de nuevo a que accedieran a lo que demandábamos para evitar el caos. Ese día de antes se firma un acuerdo que reza que el sector del taxi va a poder votar a sus representantes. Se precisa una modificación normativa que se espera cerrar a finales de julio y, si todo sigue la ruta esperada, esperamos que para la última semana de octubre o la primera de noviembre, los taxistas de Santa Cruz podamos votar a nuestros representantes. 

 

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