Élite Madrid inicia etapa con una nueva directiva que quiere continuar el trabajo realizado por el anterior equipo. Así lo explica su nuevo presidente, Sergio Vega, que confía en que su organización podrá estar en el Comité Regional de Transportes de Madrid.
Un paso muy importante para una entidad creada hace 3 años y que ha conseguido romper, tal y como señala el propio Vega, con el “biasociacionismo” de la capital. En su opinión, el taxista no quiere que se le “maneje” y apuesta por dar su confianza a organizaciones alternativas.
Gaceta del Taxi.- Nombrado hace un par de meses nuevo presidente de Élite Madrid. ¿Qué le supone asumir un cargo como este?
Sergio Vega.- Es un gran reto, por ser minoritarios, continuar el trabajo que la anterior junta directiva ha realizado de llevar a donde está ahora a la asociación, con 2.200 socios. Mi objetivo es mantener el ritmo de trabajo. Somos un gran equipo y no me gusta fijar mucho la vista en la figura del presidente. Lo que hay detrás de Élite, no solo en Madrid, es un gran equipo de gente. Nos apoyamos además a través del resto de organizaciones, Barcelona, Asturias…lo que no se nos ocurre a unos se les ocurre a otros.
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G.T.- ¿Cree que la entrada de Élite ha provocado que las asociaciones hayan retomado esa labor sindical que, como ha mencionado, igual tenían más abandonada?
S.V.- Sin duda. Creo que nuestra aparición ha servido para que las asociaciones, que estaban más relajadas, hayan visto cómo el taxista se ha organizado de alguna forma, con gente muy válida que sin pedir nada a cambio y solo por el interés de defender su taxi y mantener su futuro y su trabajo ha decidido agarrar las riendas y ha dicho que basta ya.
Cuando entro en Élite veo que es gente que, sin pedir nada a cambio, trabaja en la calle, primero en la localización de los coches de UberPOP, algo muy importante porque respaldó la demanda interpuesta por la AMT con más de 36 denuncias, pero contamos más de 300 vehículos sancionados. Ahora somos mucho más, no solo la defensa en la calle.
G.T.- Élite es una asociación de las llamadas minoritarias que, sin embargo, tiene un gran poder de convocatoria, ¿por qué cree que ha calado su mensaje entre los profesionales?
S.V.- Porque somos muy diferentes al resto, no tenemos un negocio dentro de la asociación, nos dedicamos a defender al taxi allí donde sea necesario. Y sorprende mucho que, por ejemplo, no cobremos, lo que se traduce en tenerle poco apego al sillón. Además, trabajamos por objetivos, y hacemos llamadas a los socios para que colaboren con nosotros con donaciones.
Lo que estamos viendo es que las asociaciones son buenas, pero hay personas malas.Ves el pasado de algunos representantes y ahora algunos de ellos están en el lado contrario, solicitando VTCs y entiendo que el taxista se haya cabreado y haya decidido que nadie iba a hacer nada por él.
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