Mejores carreteras, mejores vehículos pero también conductores más preparados. Estos serían los ingredientes perfectos para reducir la accidentalidad en carretera. Sobre educación vial hablamos con José Miguel Baéz, presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas. Un organismo que insiste en la necesidad de mantener la enseñanza presencial obligatoria y de actualizar determinados conocimientos para que la cifra de muertos en carretera sea cero.
Gaceta del Taxi.- Este verano se cumplen 13 años de la implantación del Permiso por Puntos, ¿cómo valora su influencia en la siniestralidad de la última década?
José Miguel Báez.- Ha marcado un antes y un después; ha conseguido una reducción considerable de la siniestralidad vial. Además, según el CIS, el 70% de los encuestados considera que el Permiso por Puntos es una medida “buena” o “muy buena”, y un 40% reconoce que esta medida cambió “mucho” o “bastante” su forma de conducir. Aun así, pasados estos años, CNAE considera que el modelo del carné por puntos necesita una revisión y actualización y que se reconsidere el problema de la multirreincidencia asociada a la drogodependencia, al alcoholismo y a determinadas psicopatías, trastornos que requieren un enfoque terapéutico.
G.T- ¿Existe, entre los conductores, el miedo a la multa o somos mejores al volante?
JM.B.- Todo ha ayudado: la reforma del Código Penal, el Permiso por Puntos, los nuevos dispositivos de seguridad en los vehículos, el trabajo en las autoescuelas. Pero no podemos darnos por satisfechos cuando al año mueren en España unas 2.000 personas por culpa de los accidentes de tráfico.
G.T.- Desde la Confederación Nacional de Autoescuelas han defendido siempre que se actualicen los conocimientos de los conductores. ¿A qué se refieren?
J.M.B.- Desde hace tiempo venimos planteando la necesidad de abordar esa actualización. Se trata de que los conductores (por ejemplo, a la hora de renovar el permiso) reciban una mínima formación sobre las novedades normativas y sobre las tecnologías de ayuda a la conducción (ADAS), que no paran de evolucionar. Vivimos en un mundo muy cambiante, el tráfico es cada más complejo y hay que estar al día.
G.T.- ¿Cree que las campañas más crudas son más efectivas o es necesaria más pedagogía en las aulas?
JM.B.- Las principales causas de mortalidad y siniestralidad en las carreteras son: las distracciones al volante, una velocidad inadecuada y el consumo de alcohol y drogas; en definitiva, el factor humano. Las campañas de la DGT pretenden concienciar a los conductores sobre las terribles consecuencias de determinadas decisiones cuando se circula en un vehículo a motor, y se está demostrado que las campañas funcionan. De nada valen los paños calientes; es necesario mostrar en toda su crudeza el resultado de las negligencias al volante.
No obstante, la Confederación Nacional de Autoescuelas considera que es clave concienciar al aspirante a conductor y por eso defendemos la formación presencial teórica, una medida que, en Europa, ya han adaptado el 80% de países. El pasado año CNAE colaboró junto con el Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) en la elaboración de un estudio al respecto que concluyó que el 90% de los conductores consideran que la asistencia a la autoescuela debería ser obligatoria para poder realizar el examen de conducir. En concreto el 76,3% está de acuerdo con que obligar a ir a clase redundaría en una mejor conducción y una reducción de la siniestralidad vial, y el 98,9% recomendaría a los aspirantes a obtener el permiso B que asistieran a una autoescuela para recibir formación teórica y práctica.
G.T.- Al alcohol y las drogas se les ha sumado el uso indebido del teléfono móvil al volante como nueva causa de accidentalidad. ¿Somos los conductores conscientes del peligro que representan?
JM.B.- Como le decía antes, las distracciones al volante son una de las principales causas de mortalidad y siniestralidad en las vías abiertas al tráfico. El uso del móvil mientras se conduce es particularmente peligroso, incluso en la modalidad de manos libres. En este sentido la formación teórica obligatoria por la que apuesta CNAE incluye la intervención de miembros de las asociaciones de víctimas, como AESLEME, Stop Accidentes y otras, que ayudan a concienciar a los aspirantes a conductores de las consecuencias de las distracciones al volante narrando su terrible experiencia.
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