Los conductores de dos vehículos identificados con el adhesivo de la CAM de VTC, que se encontraban estacionados en la vía pública en las proximidades de la sede de La Gaceta del Taxi, han sido la causa de un enfrentamiento con el medio al sacar unas fotografías.
Pese a identificarse como medio, y solicitar permiso previo a uno de los conductores de VTC, que se identificó como taxista, para sacar fotografías con el compromiso de borrar las matrículas, al final se produjo una discusión cuando apareció el segundo conductor y prohibió de malas maneras al medio sacar las instantáneas de los vehículos, a pesar de estar en la vía pública.
Alegando que estábamos haciendo nuestro trabajo, y a pesar de llegar al acuerdo con el primer conductor para hacer un par de instantáneas, el más molesto de los conductores amenazó y llamó a la Policía Municipal.
Al personarse los agentes, previa petición de estas dos personas, fueron borradas las instantáneas con las imágenes personales. El medio también cuestionó la legalidad de la actividad que estaban realizando los conductores al permanecer estacionados en la vía pública durante más de treinta minutos. Los agentes se negaron a dar explicación alguna al medio y tampoco nos consta que en el tiempo que hablaron con los conductores, éstos sacaran ningún tipo de identificación sobre la hoja de ruta del servicio, ni tan siquiera la documentación personal.
En una segunda actuación, los agentes volvieron a solicitar visionar las imágenes creyendo que habíamos sacado alguna instantánea suya, cosa que no era cierta. Hecha la segunda comprobación en el visor sin encontrar nada, pero no satisfecho, uno de los agentes arrebató de las manos la cámara a la directora del medio y comenzó a navegar por el menú de la misma revisando todo tipo de archivos.
Cuando se le preguntó si él podía hacer eso, en lo que consideramos un exceso de funciones, su respuesta fue que la cámara podía ser requisada y que podía ser denunciada. Entendemos que cuando se requisa algún objeto particular debe haber un motivo de peso para hacerlo, y en este caso a nuestro juicio no lo había puesto que el agente, minutos antes, había borrado personalmente el material que consideraba oportuno.
El resumen de este episodio es que a la prensa, haciendo su trabajo, se le ha pedido identificación -tomando nota de la misma-, el borrado imágenes y amenazado con el requisado la cámara, mientras que, hasta donde pudimos ver, ni los conductores de las VTCs mostraron ningún tipo de documentación personal a los agentes, ni se les pidió algún otro papel relacionado con la actividad. Lo que sí que pudimos constatar es que, tras más de media hora, ambos conductores se subieron a sus coches y abandonaron el lugar sin clientes.