Roberto San José es taxista de Valladolid pero, desde el pasado 12 de junio, no puede trabajar. Ese día sufrió un accidente que dejó “siniestro total” su coche, un Nissan Leaf con el que se había convertido en el primer taxista español en conducir un eléctrico y con el que pretendía llegar a los 500.000km recorridos. Ahora, más de 40 días después del suceso, Roberto sigue esperando una respuesta de su compañía de seguros que le permita volver a trabajar.
Mes y medio sin poder ejercer su profesión. Ese es el tiempo que lleva este taxista vallisoletano esperando una respuesta por parte de su aseguradora que le permita poder estar activo otra vez. “Me han dicho que el coche está siniestro, pero ni me dan una cantidad ni nada. Ahora mismo no puedo hacer nada”.
Por este motivo ha decidido poner su caso en manos de un abogado, para que, en caso de no llegar a un acuerdo con la aseguradora, llevar su reclamación a juicio. “Si esto sigue así, que sea un juez el que decida”. A pesar de que su póliza tiene una cobertura de 3.000 euros para el adelanto de la indemnización, la compañía tampoco ha atendido a su petición. “Lo he reclamado, tengo derecho, y siguen sin contestar”.
Roberto explica también que su coche tenía batería nueva, “la cambié hace seis meses” y que debido al accidente se ha estropeado. “Tengo varias opciones, o comprarme un coche nuevo con la indemnización, o comprar uno de segunda mano y ponerle una batería nueva. También podríamos arreglar el vehículo, pero eso supondría un encarecimiento del proceso y más tiempo de retraso”.
Tiempo que, señala, deberá serle compensado. “La aseguradora tiene que pagarme el lucro cesante por el tiempo que esté sin poder trabajar. Además, puedo demostrar perfectamente cuánto facturo al mes, porque guardo todos los recibos”. Por otro lado, la compañía de seguros también tendrá que hacer frente al pago de los daños materiales ocasionados.
De momento Roberto seguirá sin poder trabajar hasta que su compañía de seguros mueva ficha. Compañía que, por cierto, mantiene en el anonimato. “Prefiero que se solucione todo primero y no dar el nombre”. Después, nos confiesa, “habrá que cambiar de seguro”.