La información al usuario, nueva herramienta anti “piratas”

Un verano más, el taxi intensifica su particular lucha contra el intrusismo y los piratas. Este año, sin embargo, la herramienta está siendo la información al usuario sobre los peligros que entraña subir a bordo de uno de estos vehículos ilegales. Ibiza y Costa del Sol son dos de las ciudades donde se aplica esta nueva estrategia que, de momento, está dando buenos resultados.

Estar en el puerto o aeropuerto esperando un taxi y que se acerque un desconocido ofreciendo servicios de transporte “más baratos” que un taxi es, lamentablemente, una imagen demasiado habitual en diferentes puntos de la geografía española. Y, desafortunadamente también, no son pocos los turistas que aceptan lo barato sin conocer lo que esto supone para su seguridad.

Para evitar que este tipo de situaciones se sigan repitiendo año tras año, los taxistas están apostando por la herramienta de la información para hacer llegar al usuario un potente mensaje: que subir en un pirata puede resultar muy caro.

Para ello les informan sobre las condiciones de seguridad de las que disfrutan cuando viajan a bordo de un taxi y de las que no cuentan si lo hacen a bordo de un vehículo pirata, y la estrategia les funciona, porque cada vez son más los usuarios bien informados que apuestan por la legalidad frente a la piratería. No obstante, llegar hasta aquí no es un camino fácil, tal y como nos han explicado los profesionales del taxi que, sacrificando horas de sueño y de trabajo, se dedican de forma voluntaria a esta labor informadora en los aeropuertos de dos de los puntos calientes en cuanto a intrusismo: la Costa del Sol e Ibiza.

Desde finales del mes de marzo, cada noche, un grupo reducido de taxistas de la provincia de Málaga se acerca al aeropuerto con una doble función: organizar la parada de taxis y evitar que los piratas actúen a sus anchas. A partir de la medianoche, una vez que el vigilante de Aena abandona su puesto de trabajo, la situación de caos se incrementa, y lo hace en gran parte por el aumento de los vuelos, muchos de ellos low cost, que aterrizan de madrugada en Málaga. Es ese momento de caos y escasa vigilancia cuando la presencia de los piratas se multiplica.

Antonio Guerrero Gutiérrez, representante de Élite Costa del Sol y una de las personas encargadas de organizar las patrullas disuasorias, reconoce que la labor es “agotadora” y que no siempre resulta efectiva. “Es muy difícil pillar a un pirata porque le tienen que localizar o captando o cobrando el servicio”. Por eso, más allá de acudir con la intención de que la policía intervenga, lo que pretenden acudiendo al aeropuerto es informar a los clientes sobre los riesgos de utilizar ese tipo de servicios.

Ese tipo de actuación de los taxistas de Élite Costa del Sol fue adoptado también por los Corsaris de Ibiza, quienes están centrando sus esfuerzos en acercarse a los clientes para entorpecer el trabajo de los piratas. A través de las redes sociales, los profesionales de baleares se pusieron en contacto con los de la costa malagueña, quienes les trasladaron la idea. “Conocimos su forma de actuar, la comentamos entre los compañeros y nos pareció que era muy buena”, explican los Corsaris.

“Con nuestras actividades disuasorias no se van a ir los piratas, pero al menos no van a poder desarrollar su actividad ilegal tan fácilmente”, reconoce un miembro de los Corsaris, asociación que se fusionó con Élite semanas atrás, y que no quiere dar su identidad puesto que tienen fundadas sospechas de que los piratas se organizan en estructuras con tintes mafiosos. “Si informas a la gente siempre van a estar más agradecidos, además, les explicamos que los piratas ofrecen drogas, prostitución y que se han dado casos que a mitad de camino varían el precio del servicio y pueden llegar hasta robar”, explica el miembro de los Corsaris.

La labor de los taxistas de Ibiza va más allá incluso del aeropuerto. En las discotecas, para evitar que los clientes abandonen la espera de los taxis porque tienen mucha prisa tras horas bailando sin parar, se centran en recordar el riesgo que tiene coger un pirata y también se dedican a entretener a los usuarios para que los minutos de espera para coger un taxi resulten más amenos.

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