La asociación Élite Corsaris d’Eivissa llevó a cabo ayer sendas actuaciones de control en dos puntos neurálgicos de la capital ibicenca con el objetivo de combatir el intrusismo laboral que sufren los profesionales a manos de los taxistas piratas . Organizar patrullas disuasorias es una de las medidas que impulsa esta Asociación para impedir la piratería laboral, una actividad ilegal que esta causando con ello un grave perjuicio económico a los verdaderos profesionales.
En la mañana de ayer, informa El periódico de Ibiza, ocho taxistas de Élite Corsaris participaron en cada unas de estas patrullas y lograron interceptar a una veintena de piratas que captaban clientes, sobre todo “jóvenes británicos” a los que ofrecían transporte en furgonetas “sin licencia”
El primer punto de la ruta fue una conocida discoteca de Eivissa. En ese lugar interceptaron a partir de las 05:00 de la madrugada hasta 15 piratas ofreciendo a transporte a los que salían. Con camisetas de la asociación advertían a los intrusos de que lo que estaban haciendo “no era legal” Los participantes en esa intervención la consideraron “todo un éxito” ya que tras sus advertencias parte de los turistas dejaronnde lado a los piratas para irse con «taxistas legales, explica el periódico.
La patrulla de taxistas que operaba en el aeropuerto se distribuyó entre la zona de llegadas y el parking, donde lograron finalmente interceptar a cinco piratas, menos de los que se esperaban, ya que es habitual superar cada día esa cifra. La presencia de la Policía Local junto con agentes de la Guardia Civil en esos momentos, contribuyó, explicaron desde la asociación al citado diario, a “disuadir” aún más las actuaciones estos piratas que captan clientes “a diario” en la terminal.
Los miembros de Élite Corsaris d’Eivissa han estado esta temporada hasta cuatro veces en la terminal por tratarse de uno de los ‘puntos calientes’ de la isla. Insisten desde Élite en que estos ‘piratas’ que no tienen seguro y ese tipo de actuación es perjudicial para los clientes, porque les ofrecen “drogas”, “prostitución”, les cobran «más caro», les “roban” e incluso llegan a “agredirles”.